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La socialdemocracia de Hayek | Hayek’s Social Democracy

Oscar Grau has translated into Spanish Mateusz Machaj’s interview to Hoppe (2004).

For more Spanish translations, click here.

La socialdemocracia de Hayek

Una entrevista de Mateusz Machaj a Hans-Hermann Hoppe publicada en 2004.

  1. ¿Cuál es la contribución de Hayek a la ciencia económica?

De joven, bajo la influencia de su mentor Ludwig von Mises, que en 1927 había creado en Viena un instituto para la investigación del ciclo económico y había nombrado a Hayek su primer director, Hayek hizo un trabajo extremadamente importante elaborando y ampliando a partir de la brillante teoría del ciclo económico de Mises (esbozada por primera vez en su Theory of Money and Credit). Este trabajo demostró que los ciclos de auge y caída no están causados por algunas «contradicciones inherentes» del capitalismo, sino por la expansión inflacionaria del crédito bancario —la inyección de crédito fiduciario (papel) no respaldado por ahorro genuino en el mercado crediticio— engendrada por el banco central del gobierno.

Tres libros de Hayek en particular merecen grandes elogios en este sentido: Monetary Theory and the Trade Cycle, Prices and Production y Monetary Nationalism. Probablemente sea justo decir que esta obra temprana de Hayek es su obra menos conocida. Mucho más conocidas (y mucho más cuestionables) son sus posteriores elucubraciones (luego de la Segunda Guerra Mundial) en el campo de la filosofía política. Por lo tanto, lo más importante es resaltar que el Premio Nobel de Hayek de 1974 no fue otorgado por su posterior y más conocida obra, sino en reconocimiento explícito de sus anteriores contribuciones a la llamada teoría del ciclo económico Mises—Hayek. Teniendo en cuenta esto, el Premio Nobel de Hayek fue ciertamente merecido. Casualmente, entre economistas austriacos se ha especulado la razón por la que el reconocimiento de Hayek llegó tan tarde (en 1974). Una explicación muy plausible es esta: Si el premio es otorgado por el desarrollo del ciclo económico Mises—Hayek, entonces, mientras Mises y Hayek sigan vivos difícilmente puedes dar el premio a Hayek sin dárselo también a Mises. Sin embargo, Mises fue un oponente de una vida entera contra el papel moneda (y fue un defensor del patrón oro clásico) y la banca central del gobierno; y el dinero del premio por el «Nobel» de economía era «donado» por el Banco Nacional Sueco. Por tanto, Mises era, por así decirlo, una persona non grata para los «donantes». Únicamente después de la muerte de Mises, en 1973, el camino estaba libre para entregar el premio a Hayek, quien, a diferencia de su «intransigente» maestro y mentor, se había mostrado suficientemente «flexible», «razonable» y dispuesto a ceder.

  1. ¿Hay alguna diferencia entre los argumentos de Hayek y Mises contra el socialismo?

Si bien Mises y Hayek suelen ser mencionados al mismo tiempo como críticos del socialismo, sus críticas son fundamentalmente diferentes. El argumento de Mises es este: Si no hay propiedad privada sobre la tierra y otros factores de producción (todo es propiedad de un solo agente), entonces, por definición, tampoco puede haber precios de mercado para ellos. Por lo tanto, el cálculo económico, es decir, la comparación, a la luz de los precios actuales, del ingreso anticipado y el costo esperado expresados en términos de un medio de cambio común —el dinero— (que permite operaciones contables cardinales), es literalmente imposible. No se puede «economizar» en el socialismo. En lugar de eso, el socialismo es «caos planificado».

El error fatal del socialismo es, entonces, la ausencia de propiedad privada sobre la tierra y los factores de producción y, por implicación, la imposibilidad del cálculo económico (monetario). La crítica de Hayek es completamente distinta a la de Mises. Para Hayek, el defecto último del socialismo es el hecho de que el conocimiento, en particular «el conocimiento de las circunstancias particulares de tiempo y lugar», existe solamente de forma muy dispersa como posesión personal de una multitud de individuos diferentes, y que es «prácticamente imposible» reunir y procesar todo el conocimiento realmente existente en la mente de un único planificador central socialista. La solución de Hayek a este problema no es la propiedad privada, sino la descentralización del uso del conocimiento.

Permítame solo señalar un error fundamental en el argumento de Hayek. Si el problema central del socialismo es la imposibilidad práctica de concentrar el conocimiento descentralizado en la mente de un único planificador central, entonces es difícil explicar por qué existen empresas y por qué el propietario de una empresa no se enfrenta exactamente al mismo problema que el planificador central en el socialismo. El propietario de una empresa tampoco puede concentrar en su mente todo el conocimiento descentralizado de las circunstancias particulares de tiempo y lugar de todos sus empleados. Sin embargo, el propietario de la empresa diseña un plan central y, dentro de las directrices de este plan general, los empleados de la empresa usan sus propios conocimientos descentralizados para implementar y ejecutar este plan. Y aun así: ¡el propietario de una empresa no se enfrenta a los problemas del planificador central socialista! Esto demuestra que el llamado problema del conocimiento identificado por Hayek no puede ser responsable de las conocidas ineficiencias del socialismo. En vez de eso: el problema del socialismo es precisamente el identificado por Mises: la ausencia, bajo el socialismo, de propiedad privada en los factores de producción y, por tanto, de precios monetarios para dichos factores. En cambio: las empresas privadas se basan en la institución de la propiedad privada y operan en un entorno caracterizado por la existencia de precios de los factores; de ahí que, a diferencia de un dictador socialista, el propietario de una empresa pueda calcular y economizar.

  1. En su crítica al pensamiento social de Hayek usted sostuvo que Hayek puede ser llamado «prácticamente un socialdemócrata». ¿Puede explicar su posición? ¿No era Hayek un liberal clásico?

Es cierto, Hayek se considera a sí mismo un liberal clásico. Sin embargo, eche un vistazo a la parte III de su Constitution of Liberty y al Vol. III de su Law, Legislation, and Liberty, y saldrá con una impresión totalmente distinta. Según Hayek, el gobierno es «necesario» para cumplir las siguientes tareas (y puede adquirir los medios necesarios para cumplirlas a través del cobre de impuestos): No solo para «la aplicación de la ley» y «la defensa contra enemigos externos», sino que «en una sociedad avanzada el gobierno debe utilizar su poder de recaudación de fondos mediante el cobro de impuestos para proveer una serie de servicios que, por diversas razones, no pueden ser provistos, o no pueden ser provistos adecuadamente, por el mercado». (Ya que en todo momento existe un número infinito de bienes y servicios que el mercado no provee, Hayek da aquí al gobierno un cheque en blanco!). Entre estas están «la protección contra la violencia, las epidemias, o aquellas fuerzas naturales como inundaciones y avalanchas, pero también muchas instalaciones que hacen tolerable la vida en las ciudades modernas, la mayoría de las carreteras (…) la provisión de estándares de medida y de muchos tipos de información que van desde los registros catastrales, los mapas y las estadísticas hasta la certificación de la calidad de algunos bienes o servicios ofrecidos en el mercado». Funciones adicionales del gobierno son «la garantía de un ingreso mínimo para todos»; el gobierno debería «distribuir su gasto a lo largo del tiempo de tal manera que intervenga cuando la inversión privada flaquee»; debería financiar escuelas e investigación, así como hacer cumplir «regulaciones de construcción, leyes de pureza de los alimentos, la certificación de ciertas profesiones, las restricciones a la venta de ciertas mercancías peligrosas (como armas, explosivos, venenos y drogas), así como algunas regulaciones de seguridad e higiene para los procesos de producción y la provisión de instituciones públicas como teatros, campos deportivos, etc. (…)»; y debería hacer uso del poder de «dominio eminente» para mejorar los «bienes públicos».

Por otra parte, según Hayek, se sostiene que «hay alguna razón para creer que con el aumento de la riqueza general y la densidad de población, la parte de todas las necesidades que solo pueden ser satisfechas mediante la acción colectiva continuará creciendo». Además, Hayek quería que el gobierno proporcionara «estabilidad monetaria»; el gobierno debería implementar un amplio sistema de «seguros obligatorios»; la vivienda pública subsidiada era una posible tarea del gobierno; asimismo, la «planificación urbana» y la «zonificación» fueron consideradas funciones apropiadas del gobierno, siempre que «la suma de las ganancias debe superar la suma de las pérdidas»; y, por último, «la provisión de instalaciones u oportunidades para el ocio, la preservación de la belleza natural o de lugares históricos o de interés científico (…) parques naturales, reservas naturales, etc.» fueron vistas como tareas del gobierno.

Peor aún, Hayek insiste en que reconozcamos que es irrelevante cuán grande sea el gobierno o si crece y con qué rapidez. Lo único importante es que las acciones del gobierno cumplan ciertos requisitos formales. «Lo importante es el carácter y no el volumen de la actividad gubernamental». Los impuestos como tales y la altura absoluta de los impuestos no son un problema para Hayek. Los impuestos —y también el servicio militar obligatorio— pierden supuestamente su carácter de medidas coercitivas, «si son absolutamente predecibles y se aplican con independencia de cómo el individuo emplearía de otro modo sus energías; esto les priva en gran medida de la naturaleza maligna de la coerción. Si la necesidad conocida de pagar cierta cantidad en impuestos se convierte en la base de todos mis planes, si un periodo de servicio militar es una parte previsible de mi carrera, entonces puedo seguir un plan general de vida de mi propia creación y soy tan independiente de la voluntad de otra persona como los hombres han aprendido a serlo en sociedad». Así pues, si sé que todos deben pagar el 90% de impuestos sobre la renta y servir durante 50 años en el ejército, entonces, porque puedo ajustar mi vida de acuerdo con esto, ¡soy esencialmente un hombre libre!

Vaya trampa terminológica! A la luz de todo esto, ¿cuál es la diferencia entre Hayek y, digamos, los socialdemócratas de estilo sueco? Cuando Hayek cumplió ochenta años, el entonces canciller socialdemócrata alemán Helmut Schmidt le envió un telegrama de felicitación diciendo «ahora todos somos hayekianos». Ciertamente Schmidt era un hayekiano, ¡pero ni Schmidt ni Hayek eran liberales clásicos!

  1. ¿Por qué entonces, en su opinión, Hayek es considerado un liberal, incluso a veces un liberal radical (libertario)?

En parte, por supuesto, se debe a la pura ignorancia. La gente ya no siente vergüenza de pronunciarse sobre asuntos o personas que nunca ha estudiado o intentado conocer. No obstante, me temo que también está en juego algo más siniestro: lo que uno podría llamar una doble estrategia socialista. En la mente de muchas personas, la palabra «liberal» siempre ha tenido una connotación positiva; después de todo, ¡quién quiere estar en contra de la libertad! Y el buen nombre del liberalismo ha mejorado aún más tras el espectacular colapso del socialismo duro (de estilo soviético). ¿Quién quiere que le llamen socialista hoy en día? Si a un intelectual tan conocido como Hayek se le identifica —incorrectamente— como liberal, esto permite a todo el mundo, excepto al socialista más duro, rebautizarse también como liberal. Y al etiquetar a Hayek como liberal «radical», se hace posible que los socialistas convertidos en liberales adopten ideas todavía más izquierdistas que las defendidas por Hayek y sigan afirmando que son liberales y excluyan al mismo tiempo a todos los verdaderos liberales clásicos o libertarios como Mises y Murray Rothbard como extremistas, totalmente fuera del espectro de la opinión pública «respetable».


Traducido del inglés por Oscar Eduardo Grau Rotela. El material original se encuentra aquí.