Oscar Grau has translated into Spanish Hoppe’s A Four-Step Healthcare Solution (2009).
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Una solución para la atención médica en 4 pasos
Es cierto que el sistema de salud de EEUU es un desastre, pero esto no demuestra el fracaso del mercado sino del gobierno. Para resolver el problema, no se requieren diferentes regulaciones y burocracias gubernamentales ni más de ellas, como los políticos que sirven para sí mismos quieren que creamos, sino la eliminación de todos los controles gubernamentales existentes.
Es hora de tomarse en serio la reforma del sistema de salud. Los créditos fiscales, los vales y la privatización contribuirán en gran medida a descentralizar el sistema y eliminar cargas innecesarias de las empresas. Pero también se deben tomar cuatro pasos adicionales:
Solo estos cuatro pasos, aunque drásticos, restaurarán un mercado completamente libre en los servicios médicos. Hasta que no se adopten, la industria tendrá serios problemas, y también nosotros, sus consumidores.
- Eliminar todos los requisitos de licencia para las escuelas de medicina, hospitales, farmacias y médicos y otro personal de atención médica. Su oferta aumentaría casi instantáneamente, los precios caerían y aparecería en el mercado una mayor variedad de servicios de atención de la salud.
Las agencias de acreditación voluntaria en competencia tomarían el lugar de la licencia gubernamental obligatoria; siempre que los proveedores de atención médica crean que tal acreditación mejoraría su propia reputación y que sus consumidores se preocupan por la reputación y están dispuestos a pagar por ella.
Debido a que los consumidores ya no serían engañados haciéndoles creer que existe algo así como un «estándar nacional» de atención médica, aumentarían sus costos de búsqueda y realizarían elecciones de atención médica más discriminatorias.
- Eliminar todas las restricciones gubernamentales sobre la producción y venta de productos farmacéuticos y dispositivos médicos. Esto significa que no habrá más Food and Drug Administration, que actualmente obstaculiza la innovación y aumenta los costos.
Los costos y los precios caerían, y una más amplia variedad de mejores productos llegaría antes al mercado. El mercado obligaría a los consumidores a actuar de acuerdo con su propia evaluación de riesgo en lugar de la del gobierno. Y los fabricantes y vendedores de medicamentos y dispositivos en competencia, tanto para protegerse contra las demandas por responsabilidad del producto como para atraer clientes, proporcionarían descripciones y garantías de productos cada vez mejores.
- Desregular la industria de seguros de salud. La iniciativa privada puede ofrecer seguros contra eventos sobre cuyo resultado el asegurado no posee control. Uno no puede asegurarse contra el suicidio o la bancarrota, por ejemplo, porque está en sus propias manos provocar estos eventos.
Debido a que la salud de una persona, o la falta de ella, está cada vez más bajo su propio control, muchos, si no la mayoría de los riesgos para la salud, no son realmente asegurables. El «seguro» contra riesgos en cuya probabilidad un individuo puede influir sistemáticamente cae dentro de la propia responsabilidad de esa persona.
Todo seguro, además, implica juntar los riesgos individuales. Implica que las aseguradoras pagan más a unos y menos a otros. Pero nadie sabe de antemano, y con certeza, quiénes serán los «ganadores» y los «perdedores». Los «ganadores» y los «perdedores» son distribuidos aleatoriamente y la redistribución de ingresos resultante no es sistemática. Si se pudieran predecir sistemáticamente los «ganadores» o los «perdedores», los «perdedores» no querrían juntar su riesgo con los «ganadores», sino con otros «perdedores», porque esto reduciría sus costos de seguro. No querría juntar mis riesgos de accidentes personales con los de los futbolistas profesionales, por ejemplo, sino exclusivamente con los de personas en circunstancias similares a las mías, a menores costos.
Debido a las restricciones legales sobre el derecho a negarse de los aseguradores de salud —para excluir cualquier riesgo individual como no asegurable— el actual sistema de seguros de salud tan solo se ocupa parcialmente del seguro. La industria no puede discriminar libremente entre los riesgos de diferentes grupos.
Como resultado, las aseguradoras de salud cubren una multitud de riesgos no asegurables, al lado de, y en conjunto con los riesgos de seguro genuinos. No discriminan entre varios grupos de personas que presentan riesgos de seguro significativamente diferentes. Por lo tanto, la industria pone en marcha un sistema de redistribución de ingresos, beneficiando a actores irresponsables y grupos de alto riesgo a expensas de individuos responsables y grupos de bajo riesgo. En consecuencia, los precios de la industria son altos y se disparan.
Desregular la industria significa restaurarla a la libertad de contrato sin restricciones: permitir que una aseguradora de salud ofrezca cualquier tipo de contrato, incluya o excluya cualquier riesgo y discrimine entre cualquier grupo de individuos. Los riesgos no asegurables perderían cobertura, la variedad de pólizas de seguro para la cobertura restante aumentaría y los diferenciales de precios reflejarían riesgos de seguro genuinos. En promedio, los precios caerían drásticamente. Y la reforma restauraría la responsabilidad individual en el cuidado de la salud.
- Eliminar todos los subsidios a los enfermos o malsanos. Los subsidios crean más de lo que se subsidia. Los subsidios a los enfermos e indispuestos promueven el descuido, la indigencia y la dependencia. Si eliminamos tales subsidios, fortaleceríamos la voluntad de vivir vidas saludables y trabajar para ganarse un sustento. En primera instancia, eso significa abolir Medicare y Medicaid.
Traducido del inglés por Oscar Eduardo Grau Rotela. El artículo original se encuentra aquí.